No se administre durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia, ni durante la lactancia, a menos que a criterio médico el balance riesgo/beneficio sea favorable. En caso de ser imprescindible su uso, por no existir otra alternativa terapéutica, suspéndase temporalmente la lactancia.
Aumento de la acción de los anticoagulantes. Aumento de los niveles plasmáticos de litio y digoxina. Disminuye la actividad de los antihipertensivos. Aumento del riesgo de insuficiencia renal aguda con el uso de diuréticos.